CRECIMIENTO
PERSONAL Y ESPIRITUAL
La ciencia tiene explicación para todo, por ejemplo
dar explicación al mal comportamiento de la conducta humana la encontramos en
la pedagogía cuando se le da la siguiente razón:
“El ser humano no nace ni hombre ni mujer, solo
nace un mamífero superior hambriento, es la educación, la cultura y la familia
quienes harán de este ser una mujer o un hombre, si se logra el objetivo, ya
que en ocasiones la educación fracasa y vemos tanta similitud en un ser humano
con un animal que sorprende”.
Por ello teniendo presente que el ser humano es
antes que nada un animal, queda más fácil comprender por qué en tantas
ocasiones la mente se deja llevar por el impulso garantizando conductas y
comportamientos de los que luego se arrepiente.
Empecemos a analizar cuáles son las conductas que
nos separan de la bestia:
·
La capacidad de postergación: Si el
proceso educativo, formativo, cultural y los patrones de familia tuvieron éxito
se supone que el ser humano después de los 4 años ya ha desarrollado el control
de esfínter (el deseo de evacuar), y que en lo sucesivo estará presto para
desarrollar la tolerancia a la frustración, a la capacidad de espera y respetar
el turno del otro, para finalmente llegar al fin de su adolescencia (20 – 24
años) con gran habilidad para postergar, tolerar, esperar, aguantar y no darse
por frustrado o atormentado porque algo no salió como esperaba.
·
La
capacidad de pensar: Las personas desarrollamos el pensamiento desde antes
de nacer en el momento de ser engendrados lo primero que se empieza a formar es
el corazón, luego la cabeza y el primer órgano que funciona es el oído por ello
la persona cuando nace ya trae una información, ello sin nombrar su información
genética que ya ha venido recreando desde que fue engendrado, por ello cuando
el bebé, empieza a hablar sorprende a la familia con frases que no se esperan
de un niño, la explicación está en el cúmulo de información que su cuerpo ya
tiene.
Partiendo
de este conocimiento debemos preguntarnos ¿Qué piensa el ser humano?, ¿De qué
alimentamos la sique?
La
respuesta es sencilla, del diario vivir, de lo que hablamos, de lo que nos
dicen, de lo que vemos, por ello es tan trascendente que nuestros días los
llenemos de cosas positivas, que nuestros diálogos sean correctos, que lo que
decimos sea siempre desde un pensamiento consciente y no desde el
apasionamiento y la euforia del momento.
·
Los
sentimientos: El ser humano se distingue del animal porque tiene
sentimientos, las personas recordamos a quien queremos, a quien amamos y también
a quien odiamos. Esa capacidad de recordar es lo más lindo que poseemos, sin
embargo tal capacidad está mal manejada, también es la que nos enferma; miremos
como un resentimiento de años nos daña la salud, el alma, el espíritu, de ahí
la capacidad también de olvidar, estas dos virtudes las debemos tener muy
presentes en el diario vivir.
Una de las últimas diferencias que el ser humano tiene con
la bestia es la conservación de la virtud, los valores, el honor, la lealtad o
los llamados “imperativos categóricos
universales” y las virtudes teologales, la fe, la esperanza, la caridad y
los principios de vida, la templanza, la austeridad, la capacidad de ser
generosos, la bondad, el don del estoicismo, esa fuerza de soportar lo
insoportable para obtener lo imposible.
Por lo anterior es oportuno aclarar que sólo somos
humanos cuando nuestra conducta así lo indica, de modo tal que ser humano es un
honor que se teje y se consigue día a día con la suma de nuestras conductas.